Milán siempre se ha caracterizado por una gran pasión por la pastelería. La ciudad de panettone ha abierto las puertas a muchos pasteleros, que han llevado su arte bajo la estatua de Madonnina desde el siglo XIX. Las boutiques históricas de lujo y las pastelerías modernas y de colores brillantes compiten por quién llega a la cima. Solo en este recorrido de descubrimiento de la pastelería y panadería milanesas, puede probar estas dos realidades aparentemente lejanas que están unidas por el amor por los postres de alta calidad.
Aquí tienes una lista de tus posibles degustaciones:
- Cannoncini: postre típico del norte de Italia y especialmente de la zona entre Milán y Novara. En la bandeja de los domingos milaneses, es el postre que nunca faltará. Un hojaldre fragante, relleno de natillas o zabaione
- Panettone: el símbolo de la tradición panadera milanesa. Conocido en toda Italia y en el mundo, el clásico panettone milanés tiene pasas y fruta confitada. En este recorrido, probará el panettone de una panadería familiar histórica, que produce un panettone artesanal de alta calidad desde 1967.
- Marron glacé: un postre muy antiguo, sencillo, pero con un gran sabor. El marron glacé es una castaña cuidadosamente seleccionada que se sumerge durante varios días inicialmente en agua, luego en almíbar y, finalmente, glaseada, para adquirir un sabor inimitable.
- Pasteles de Pasticceria: muy conocidos y apreciados en toda Italia. Es costumbre llevarlos al almuerzo familiar del domingo. De diversas formas, tamaños y colores, los pasteleros han inventado todo tipo y es precisamente a partir de la pastelería mignon que se puede comprender el talento y el espíritu artístico de un gran chef.
- Bombones: ¿son amantes del chocolate? entonces, no te puedes perder los preciados pralinés de Milán: dulces de chocolate hechos a mano rellenos de fruta u otro chocolate. ¡Simplemente irresistible!