Marrakech, conocida como la «Ciudad Roja», lleva siglos atrayendo a aventureros y viajeros. Y he aquí por qué. Desde la laberíntica Medina, con sus interminables callejuelas, hasta la animada plaza Djemaa El Fna, con sus bulliciosos zocos, sus músicos callejeros y sus tentadores aromas, Marrakech está repleta de lugares que ver. Descubre jardines ocultos y serenos patios cargados de historia. Deléitate con deliciosos tajines picantes y sfenj recién horneados, y ponle la guinda a tu viaje explorando los alrededores, como las montañas del Atlas y el desierto de Agafay.
Las seis mejores actividades que hacer en Marrakech
1. Pasear por la Medina
La Medina medieval de Marrakech, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es un laberinto de zocos, mezquitas y palacios. Dirígete a la plaza Djemaa El Fna, el vibrante corazón de la ciudad. Maravíllate ante la histórica Mezquita Koutoubia, con su minarete de 800 años de antigüedad, símbolo del patrimonio de Marrakech. En el interior de las murallas, encontrarás el impresionante Palacio Bahia, y a las afueras, las ruinas del Palacio Badi. Para disfrutar de una experiencia completa, realiza una visita guiada con un experto local.
2. Degustar la gastronomía de Marrakech
Los bulliciosos puestos de comida repartidos por Marrakech son una visita obligada. Sumérgete en un mundo de sabores con delicias como el cuscús, el tierno cordero condimentado con comino y los fragantes tagines. Si quieres vivir una aventura culinaria más profunda, únete a una ruta gastronómica y deja que un guía te descubra rincones ocultos y platos auténticos de la Medina. Para vivir una experiencia aún más intensa, ¿por qué no asistir a una clase de cocina? Es una forma divertida y práctica de aprender los secretos de la cocina marroquí.
3. Admira los oasis ajardinados
Marrakech esconde sus tesoros detrás de muros erosionados. En la Medina, descubrirás un riad con un extraordinario patio conocido desde hace siglos como el Jardín Secreto. Los caminos de baldosas y los relajantes sonidos del antiguo sistema de riego proporcionan un soplo de aire fresco en la bulliciosa Medina. Justo fuera de las murallas de la ciudad se encuentra otra de las atracciones favoritas de Marrakech: El Jardín Majorelle. En la década de 1980, el icono de la moda Yves Saint Laurent transformó estos jardines, añadiendo arboledas de bambú, cactus, palmeras y serenos juegos de agua alrededor de una llamativa villa art decó azul. También hay un museo que celebra su vida con bocetos y diseños.
4. Explorar el Atlas
A sólo una o dos horas en coche de Marrakech se encuentra la espectacular cordillera del Atlas. Tanto si eres un excursionista experimentado como si sólo quieres hacer una excursión de un día, las montañas ofrecen panoramas llamativos, pueblos bereberes tradicionales y muchas opciones para practicar senderismo. El pico más alto, el Toubkal, es una ascensión exigente, pero recompensa con unas vistas incomparables. Otra experiencia de primer orden es una excursión en 4x4 por las montañas, sorteando terrenos escarpados.
5. Maravillarse con las cascadas de Ouzoud
Las cascadas de Ouzoud, situadas cerca del pueblo de Tanaghmeilt, en el Atlas Medio, son una de las maravillas naturales más sorprendentes de Marruecos. Las cascadas, de 110 metros de altura, proporcionan una refrescante escapada del calor de la ciudad. Disfruta de un pícnic junto al agua, admira el arco iris permanente o busca a los juguetones monos bereberes: pasarás un día estupendo.
6. Excursión de un día a Essaouira
La ciudad costera de Essaouira, a orillas del océano Atlántico, ofrece un relajante contraste con Marrakech. Conocida por su marisco fresco, sus antiguas murallas y su arquitectura portuguesa, es un lugar ideal para desconectar. Pasea por la Medina, visita el puerto histórico y el fuerte, o practica kitesurf: los fuertes vientos la convierten en un lugar popular para los deportes de viento.