Lisboa es una ciudad que respira historia, cultura y un encanto innegable. Allí, dispondrás de miles de lugares que ver y cosas que hacer, desde pasear por las estrechas y coloridas callejuelas del barrio de Alfama, hasta deleitarte con el rico sabor de los populares pasteis de nata. La ciudad te ofrece una experiencia relajada, pero no por ello, aburrida. Descubre la emblemática Torre de Belém y el bello Monasterio de los Jerónimos, disfruta de espectáculos de fado, admira los típicos azulejos y déjate envolver por los sabores de la capital portuguesa. Y si no sabes por dónde empezar tu viaje, sigue leyendo para descubrir nuestras experiencias favoritas.
Las seis mejores cosas que hacer en Lisboa.
1. Viaja atrás en el tiempo en el Castillo de San Jorge.
Ubicado en una de las colinas de Lisboa, el Castillo de San Jorge te transportará al glorioso pasado de Portugal. A pesar de haber sufrido grandes daños durante el terremoto que asoló la ciudad en el siglo XVIII, el castillo fue reconstruido y, en la actualidad, visitarlo es la opción perfecta para familiarizarte con la historia de la ciudad y contemplar las increíbles vistas. Te recomendamos reservar una visita guiada para descubrir todos sus secretos y zambullirte de lleno en la Edad Media.
2. Deambula por el barrio de Alfama.
Justo en el corazón de la ciudad, encontrarás Alfama, un barrio que tiene un atractivo atemporal. Este histórico lugar sobrevivió al terremoto y al tsunami que destruyeron la ciudad en 1755, lo que, entre otras razones, le ha permitido mantener la esencia más pura de la ciudad. Pasea entre coloridos edificios, callejuelas estrechas y clubes desde donde emergen notas de fado. Te sugerimos comenzar el paseo en el Castillo de San Jorge e ir bajando la colina, hasta llegar a la catedral Sé de Lisboa.
3. Admira la Plaza del Comercio.
La Plaza del Comercio, esa gran plaza con vistas al río Tajo, es la puerta de entrada al corazón de Lisboa. Adornada con docenas de arcos, esta elegante plaza rezuma historia. De hecho, en el pasado, albergó la residencia real del Paço da Ribeira, destruida durante el tsunami de 1755. Tras el desastre, la plaza se reconstruyó con un diseño más moderno y se volvió a bautizar con el nombre de Plaza del Comercio, en honor a su nueva función: ser el centro de la actividad económica del país. Entra en una de sus históricas cafeterías y saborea el ambiente nostálgico de la zona.
4. Disfruta de un paseo en barco por el río Tajo.
Un paseo en barco por el Tajo es una experiencia que te ofrecerá una nueva perspectiva de la ciudad, además de ayudarte a descubrir nuevas zonas de Lisboa mientras te relajas. Durante el paseo, pasarás por debajo del puente 25 de abril, símbolo de la unión de la ciudad, y podrás admirar el horizonte, con su mezcla de edificios antiguos y modernos. Completa la experiencia disfrutando del paseo al atardecer para añadirle romanticismo y acompañándolo de una copa del vino local o un cóctel.
5. Visita los lugares de interés de Belém.
Belém es otro de los barrios que debes conocer durante tu estancia en Lisboa, ya que alberga algunas de las atracciones más populares de la ciudad, como la emblemática Torre de Belém o el Monasterio de los Jerónimos. La primera es un intrincado centinela que se alza sobre el mar y que podrás admirar tanto desde fuera como desde dentro. Además, si subes a lo alto de la torre, obtendrás unas vistas espectaculares de la zona. Por su parte, el monasterio, es una obra maestra de la arquitectura manuelina. Un poco más alejado de los caminos trillados, se encuentra también el Centro Cultural de Belém, una atracción genial que celebra la innovación en el mundo del arte.
6. Haz una excusión a Sintra y Cascais.
Sintra y Cascais son dos lugares increíbles a los que podrás llegar con facilidad desde Lisboa, tanto en tren como en coche. En Sintra, tendrás la sensación de estar en un cuento de hadas, gracias a los bosques, la niebla y los palacios románticos, como el Palacio da Pena, situado en lo alto de una colina. Luego, podrás sumergirte de pleno en el encanto marinero de Cascais, con sus playas de arena dorada y sus pintorescas calles. Si bien ambos destinos son perfectos como una excursión de un día desde Lisboa, te recomendamos dedicarles 2 o 3 días a estas ciudades para poder explorarlas más detenidamente.