La isla de Terceira, en las Azores, es una auténtica joya geológica, moldeada por el poder de los volcanes a lo largo de milenios.
Una de las características más destacadas de la isla son las piscinas naturales de Biscoitos. Estas han sido moldeadas por lava basáltica que, con el tiempo, ha sido moldeada por las aguas del mar, creando un etéreo cuadro de aguas cristalinas envueltas en piedras oscuras. Aquí también tendrá la oportunidad de degustar el singular vino producido en este terreno volcánico, donde las uvas prosperan bajo la influencia de un suelo rico en minerales, dando lugar a una bebida de sabor único.
Sin embargo, el verdadero encanto de la Isla Terceira reside bajo su superficie. Al adentrarse en la Gruta do Natal y descender al Algar do Carvão, uno de los pocos volcanes del mundo abiertos al público, se tiene la oportunidad de adentrarse en las profundidades de la Tierra y sentir la energía geotérmica que late en su núcleo. Estos sitios son testimonio de la actividad volcánica que, a lo largo de siglos, ha moldeado los paisajes que ahora cautivan a quienes los visitan.