Pamukkale es espectacular visto desde tierra, pero aún mejor a vista de pájaro. Contemple uno de los mayores tesoros naturales de Turquía desde las alturas con esta experiencia en globo aerostático. Tendrá que levantarse mucho antes del amanecer, pero merece la pena. Sobrevuele las terrazas de calcio blancas como el algodón antes de aterrizar para visitar también las ruinas romanas de Hierápolis.